Amabilidad
El día a día de nuestro trabajo viene guiado por el principio de amabilidad. Siguiendo este principio procuramos mantener un trato correcto, educado y afectuoso a lo largo de cada encuentro y en todos los encuentros que mantenemos con nuestros usuarios. El riesgo de los servicios en línea es que acaben siendo impersonales, distantes y mecánicos. Es un peligro que está particularmente presente en los “servicios virtuales” pero que también acecha seriamente a muchos servicios presenciales en los cuales el usuario es únicamente un expediente.
El mejor resultado es aquel que, además de cumplir con los objetivos, nos nutre a todos de valores positivos interpersonales
Nosotros dignificamos nuestra cualidad humana en la atención virtual o presencial. Sabemos que no somos máquinas, a pesar de que nos comunicamos a través de ellas, y que los usuarios no son números. Por eso es importante que demostremos nuestra capacidad de ofrecer un trato cercano, cálido y amable en la atención al usuario. Manteniendo en todo momento, eso sí, nuestra particularidad individual en el modo de hacerlo y la autenticidad de las emociones que expresamos.
Preferimos llamarte por tu nombre, agradecer que nos hayas escogido, demostrarte que valoramos positivamente la confianza que depositas en nosotros. Mantenemos un trato respetuoso con cada persona, porque sabemos que detrás de cada nombre hay una historia, una vida y un mundo.
Evitamos levantar estructuras verticales que nos distancien de los usuarios, porque queremos mantenernos cerca de ellos en todo momento. Sabemos que sólo desde la proximidad podremos alcanzar plenamente nuestra meta. Para nosotros, el mejor resultado es aquel que, además de cumplir con los objetivos, nos nutre a todos de valores positivos interpersonales. Todo esto, cuando está hecho desde el afecto, tiene la posibilidad de transformarse en una experiencia vital trascendente.