Modelos teóricos de la adicción

Adicciones

Modelos teóricos de la adicción

¿Dejar de consumir definitivamente o modificar qué, cuánto y cómo se consume? Los objetivos terapéuticos que buscamos los psicólogos no son arbitrarios y obedecen a modelos que, en muchos casos, se desconocen porque generalmente no se explican

Modelo Minnesota

El modelo Minnesota también conocido peyorativamente como “el modelo de la iluminación”, sirve de marco teórico a los grupos de 12 pasos como Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos. El modelo hace hincapié en la adicción como una enfermedad y en la intervención de un poder superior como un componente en la rehabilitación, por lo que las referencias morales y sobrenaturales son habituales. La meta es la abstinencia total, prohibiendo la farmacoterapia como tratamiento paralelo. Su teoría del cambio incorpora un conjunto de creencias, actitudes y conductas.

El modelo Minnesota es intensivo, temporalmente breve y ambulatorio pero sostiene para el usuario la condición de adicto -recuperado o no- para toda su vida, por lo que la necesidad de control externo es continuada. El programa es estandarizado y se centra en la incapacidad del adicto en mantener el control por él mismo. Los adictos recuperados cumplen una función de consejeros expertos dentro del programa.

Modelo biomédico tradicional

El modelo biomédico tradicional, en cambio, considera que la dependencia es una enfermedad crónica cíclica, por ende sin un tratamiento eficaz, se cronifica debido a que el usuario presenta una vulnerabilidad biológica que lo insta a la falta de control. Tampoco hay curación posible ni posibilidad de autocontrol, las recaídas apuntalan esta interpretación.

Por todo ello, el objetivo siempre es la abstinencia. El modelo biomédico es el sustento tanto de las campañas políticas antidrogas como las intervenciones farmacológicas.

La crítica de esta perspectiva considera que el consumidor se representa como un «enajenado mental», desprovisto de juicio y determinación, moralmente culpable de su enfermedad.

Modelo de reducción de riesgos

El modelo de reducción de riesgos arrastra el prejuicio de que el terapeuta que lo utilice considera que la reducción en el consumo de droga es de por sí un resultado positivo de la terapia. Sin embargo, esta concepción ignora que la reducción de riesgos no sólo busca un cambio de objetivos y estrategias sino también una nueva forma de concebir y ordenar la propia existencia. Para ello persigue un cambio substancial en las prioridades, los discursos, las creencias y las actitudes.

No hay un modelo incorrecto ni inútil, pero alguno será más apropiado para tu caso

Se persiguen objetivos adaptados a cada caso y flexibles, no necesariamente abstinentes. La búsqueda de alternativas sin abandonar el consumo ha dado frutos tan importantes como los «tratamientos sustitutivos» de metadona y los programas específicos. Uno de los más conocidos, el programa PIX de intercambio de jeringuillas que persigue la reducción de las infecciones de transmisión sexual relacionadas con el consumo.

La reducción de riesgos procura minimizar las consecuencias negativas de toda índole propias del consumo y promover un consumo responsable.

La respuesta ética y pragmática no persigue la abstinencia -aunque la acepta de buen grado-, sino que reconoce el derecho del consumidor y el deber de las instituciones de poseer medios para minimizar el daño que le puede reportar su consumo.

El modelo sustenta propuestas muy concretas -campañas de información, proveer kits o materiales, realizar talleres en prevención y evaluación de riesgo, etc.- a implementar en el marco terapéutico.

Evidentemente es la opción estatal más económica, acorde con el neoliberalismo actual. No se posiciona sobre el impacto que la adicción tiene sobre la comunidad sino que defiende el derecho a consumir drogas y plantea el consumo como una práctica inevitable.

Ahora podemos entender por qué existe tantas suspicacias y procederes distintos entre los psicólogos próximos al enfoque biomédico y los del enfoque de reducción de riesgos. No hay un modelo incorrecto ni inútil, pero alguno será más apropiado para tu caso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
Hola. Escribe tu consulta para que te responda un psicoterapeuta de HoyPsicologo.es