Mi pareja en las redes
Hablar sobre la «visibilidad de la relación» se ha vuelto fundamental en nuestra era digital. Este término, que se utiliza para describir hasta qué punto hacemos públicas nuestras relaciones en las redes sociales, es relevante para comprender cómo las parejas navegan en estos espacios virtuales. Un estudio reciente en el Personality and Social Psychology Bulletin sugiere que aquellas parejas que publican en exceso podrían estar escondiendo inseguridades
«Mi pareja y yo compartimos muchos detalles de nuestra vida en las redes: dónde vamos, qué hacemos, qué comemos, con quién salimos. Todo». En los procesos en los que la relación se ha convertido en un escaparate enorme, sentirse expuesto es un síntoma que funciona como una advertencia. ¿Qué nos está pasando? Percibir que cada publicación es una prueba de lo «bien que estamos» y de cuánto amor hay entre nosotros, puede dificultar el negarse a compartir esos momentos. Poner límites y decir «no quiero que lo publiques» parece que traicionara a esa imagen de pareja perfecta. ¿Cómo podemos detener esta exposición sin sentir que estamos creando un conflicto?
Necesidad de proteger nuestra privacidad e intimidad
«Siempre he creído que tengo derecho a mantener mi privacidad». La privacidad es un derecho fundamental que nos permite decidir cuánto deseamos compartir sobre nuestra vida personal y nuestras relaciones. En el contexto de las redes sociales, este derecho puede verse comprometido, generando tensión entre lo que se quiere compartir y lo que se siente obligado a mostrar.
Pillar el móvil puede significar abandonar la escena que estamos construyendo para irse a buscar la validación externa
«Además, siento una fuerte necesidad de proteger nuestra intimidad como pareja». La intimidad es crucial para mantener una conexión emocional auténtica y profunda en una relación. Mantener ciertos aspectos de la vida fuera del alcance público permite que las parejas conserven una esfera privada donde sus sentimientos y experiencias no están sujetos a la mirada externa. Estar protegidos de los juicios y las habladurías es esencial para preservar la salud emocional de la pareja.
Calidad del tiempo juntos vs. redes sociales
«A veces me molesta que mi pareja priorice las redes sociales frente a nuestro tiempo de calidad juntos». El comentario se relaciona con ese momento en el que pillar el móvil puede significar abandonar la escena que estamos construyendo para irse a buscar la validación externa a través del ‘me gusta’ o del ‘compartir con…’. Según Zach Brittle, disfrutar plenamente del tiempo con la pareja, sin necesidad de demostrarlo a los demás, es fundamental para una relación satisfactoria. Buscar validación en la pareja en lugar de en las redes sociales fortalece el vínculo y mejora la calidad de la relación.
Exposición e incomodidad con la visibilidad de la relación
«Ya no me siento cómodo con la visibilidad de nuestra relación, pero mi pareja lo achaca a que quiero ocultar algo». Vivir con incomodidad con la visibilidad pública de la relación puede llevar a enfrentamientos. La percepción de que no compartir información sobre la relación implica “tener algo que ocultar” es errónea. Un estudio de 2014 encontró que las parejas menos seguras tendían a publicar más, mientras que otra encuesta en el Reino Unido reveló que aquellos que nunca publicaban sobre su pareja eran los más felices. La visibilidad en redes sociales no necesariamente refleja la seguridad o la felicidad en la relación. Tampoco se relaciona con nuestro nivel de aceptación sobre nuestra pareja o sobre nosotros mismos. La realidad es que no todo el mundo que se expone en las redes carece de complejos, ni todos los que no lo hacen son acomplejados.
El postureo en las redes sociales
«El postureo en las redes sociales, esa necesidad de mostrar una versión idealizada de nosotros mismos, es algo que me cabrea con frecuencia en nuestra relación». Publicamos fotos y actualizaciones en las que mostramos solo los momentos perfectos: los encuentros románticos, los bailes y las risotadas, los destinos de ensueño, los regalitos sorpresa, nuestra indumentaria o los accesorios, un tatuaje que nos hicimos juntos… Esta imagen distorsionada de la vida cotidiana de una pareja omite los desencuentros y las dificultades, creando una percepción irreal tanto para los demás como para nosotros mismos.
La presión de mantener una imagen idealizada afecta la autoestima y genera la necesidad de cumplir con expectativas irreales. La superficialidad del postureo puede llevar a cuestionar si las interacciones se centran más en la apariencia externa que en los sentimientos genuinos. Esta búsqueda constante de aprobación en las redes sociales compromete la autenticidad y puede tener efectos negativos en la salud mental, como ansiedad y depresión. Además, una exposición prolongada a imágenes idealizadas puede crear una percepción distorsionada de la realidad, afectando la satisfacción personal y la calidad de la relación.
Bienestar y dignidad
En resumen, la privacidad se centra en proteger la información personal y prevenir intrusiones externas, mientras que la intimidad protege la esfera emocional y personal. Ambas son esenciales para el bienestar y la dignidad. Mantener un equilibrio entre la visibilidad de la relación y la protección de la privacidad e intimidad es crucial para evitar que el postureo y la necesidad de validación externa comprometan la autenticidad y la salud mental de la pareja.