Inquiriendo a la pareja abierta
Pensando y concibiendo con valentía los «nuevos modelos de pareja» podemos aprender muchos sobre nosotros mismos
Desde aquellos que idolatran este modelo de pareja pensando que es un «todo vale», hasta quienes lo denuestan y se niegan a considerarlo una «pareja verdadera», la pareja abierta parece despertar los más feroces prejuicios. Sin embargo, los ingredientes de una pareja abierta -pasión, intimidad y compromiso- no parecen diferir de los de las parejas cerradas.
«¿Por qué prefiere una pareja abierta a una cerrada?»
La pareja es cosa de dos, aun así, si no llegamos a un acuerdo sobre el «modelo de pareja» que queremos, tendremos un problema estructural. Normativamente, las parejas han de ser cerradas, lo cual implica que ambos integrantes se comprometen a disfrutar sexualmente de manera exclusiva el uno del otro, sin excepciones.
Sin embargo, la exclusividad sexual puede ser una cláusula en la que no haya acuerdo. Cuando esto sucede, los clientes que llegan al consultorio suelen mostrarse abatidos, enojados o tristes, preguntándose por qué su par prefiere una pareja abierta a una cerrada.
Sobrellevar esa decepción no es una obligación. Tal como mencionamos en este artículo, antes de aceptar un modelo de pareja debemos «valorar aquellas otras opciones disponibles para poder elegir libremente según los valores, deseos, necesidades, expectativas y sentimientos de cada uno».
Sin embargo, si nuestro afán de comprender y analizar lo que vivimos nos lleva a hacer un esfuerzo intelectual, entonces, ¡adelante! En palabras de Sócrates, «una vida no examinada no merece ser vivida».
La pareja abierta como una idea: de la libertad a la infidelidad
Comprender de dónde nacen los modelos de pareja que queremos suele ser enriquecedor porque estos modelos explican la sociedad en la que vivimos, las influencias de las que bebemos y lo que queremos para nosotros mismos y para los demás.
Muchas parejas abiertas tienen reglas y prioridades muy ordenadas y esquematizadas
Aunque un modelo de pareja específico puede ser multicausal, quienes quieran una pareja abierta y están pensándoselo, pueden encontrar sus razones buceando en su interior. ¿De dónde nació tu idea de pareja abierta? ¿De una experiencia previa de infidelidad? ¿De una perdida de fe en la pareja cerrada? ¿Se originó de la necesidad de tener sexo con más gente? ¿de la incapacidad de relacionarte únicamente con una persona a nivel sexual o emocional? ¿Creció con el aburrimiento, al relacionarte únicamente con una pareja? ¿De la necesidad de experimentar «cosas nuevas»? Intentar comprender sin miedo a las apariencias ni al qué dirán puede ser muy liberador…
Pero tan importante como el por qué, es comprender qué significado tiene este tipo de construcción de a dos. ¿Consideras que la pareja abierta implica más libertad?, ¿más infidelidad? ¿Vinculas las relaciones extramatrimoniales con la traición?, ¿con una exploración personal?, ¿con una necesidad incontenible?
Comprender con qué bueyes aramos puede guiarnos para entender hacia dónde nos dirigimos y qué podemos construir en pareja.
Ordenando prioridades en el día a día: prioridad uno, tu pareja
Otro aspecto a revelar que puede tener valor terapéutico es descubrir qué elementos de nuestro modelo de pareja abierta lo hacen diferente de nuestra vida de soltera/o. Esa diferenciación nos permitirá comprobar la presencia de los componentes la teoría triangular del amor. Dilucidar si hay pasión, si hay intimidad -sexual y psicoafectiva- y si existe el compromiso por el bienestar del otro y de la pareja -planes de futuro incluidos-.
En muchas parejas abiertas, las prioridades están claramente regladas. La otra persona, el par, es lo primero y la prioridad número uno. Esa priorización genera la confianza necesaria para construir una relación sólida. Creer que somos trascendentales en la vida emocional del otro, nos lleva, en muchos casos, a sentirnos irremplazables. Y cuando esa sensación se perpetúa en el tiempo, puede ser la mejor base sobre la cual alzar sueños y proyectos.
Muchas parejas abiertas tienen reglas y prioridades muy ordenadas y esquematizadas. Ello contrasta con los prejuicios que vinculan a estas parejas con comportamientos libertinos y descontrolados.
Algunas parejas cerradas “nominalmente” son, en los hechos, parejas abiertas
Cuando se supone que estamos en la pareja cerrada y, sin embargo, estamos manteniendo relaciones sexuales y/o amorosas con otras personas, se produce una incongruencia que puede acabar en un conflicto irresoluble, una situación sin solución de continuidad. De ahí la importancia de comunicarnos en pareja de una manera efectiva y relacionarnos con coherencia con las etiquetas y compromisos adquiridos.
Descubrir que la pareja abierta puede ser una forma honesta de relacionarse se opone a la visión de la pareja embaucadora y aprovechada, que tiene atrapada/o a su conyugue en una mentira.
Definiendo cómo, dónde, cuándo, cuánto y con quién
“Pareja abierta” es una de esas etiquetas que parecen definir un todo, pero, bajo su rótulo, existen muchas variables y posibilidades, algunas posibilidades pueden ser diametralmente opuestas entre sí. Por ejemplo:
¿Cómo tenemos sexo? ¿Únicamente en pareja juntos y no es posible tener sexo por separado? ¿Nunca tenemos sexo dentro de la pareja con otra persona y “cada uno va por su lado”? ¿Siempre con precauciones o hay excepciones? ¿Sólo cuándo estemos sobrios o sólo cuándo estamos de marcha? ¿Definimos cómo tenemos sexo o preferimos que cada uno utilice su propio criterio?
¿Dónde tenemos sexo fuera de la pareja? ¿Está prohibido traer a alguien a casa para enrollarnos o solo está prohibido meterse con alguien en la cama matrimonial? Cuando quieres quedar y no tienes sitio, ¿puedes usar el coche o el estudio? ¿Podemos ir a hoteles o a domicilios particulares?
¿Cuándo quedamos con terceras personas? ¿Sólo puedes quedar cuando no quedas con tu pareja o sólo cuando está tu pareja? ¿Sólo puedes quedar exclusivamente los fines de semana cuando estás solo, sin niños ni obligaciones, o los días de semana después de trabajar?
¿Cuánto te involucras? ¿Únicamente quedas fugazmente una vez (touch and go) o puedes quedarte a dormir (one night stand)? ¿Sólo puedes ver esa persona una única vez o puedes volver a quedar (repetir)? ¿El reencuentro puede ser una o dos veces al mes o varias por semana? ¿Qué pasa si te gusta mucho? ¿Cómo lo gestionarás? ¿Es necesario tener un plan de evacuación en caso de que te enamores?
¿Con quién puedes quedar? ¿Solamente puedes quedar con desconocidos o con una única persona que ya conoces muy bien? ¿Únicamente puedes quedar con gente externa a de tu círculo social o geográfico? ¿Importa quién sea o de dónde? ¿Sólo accedes a quedar si es sexo de pago o si no pagas ni cobras? ¿Diferencias entre pareja abierta y el poliamor?
Son muchas normas a definir y aun cuando no querremos crear una normativa estricta de funcionamiento es probable que sea conveniente, al menos, tener consciencia qué cosas son importantes preservar y de cuáles podemos prescindir.
Común a todos los modelos: ganancias y pérdidas
La pareja cerrada sirve como aislamiento emocional y sanitario y nos permite construir un muro defensivo contra muchas infecciones de transmisión sexual. Además, nos aporta una estabilidad ante los competidores y los potenciales seductores de nuestro entorno. Sin embargo, esto solamente es así cuando, además de ser una pareja cerrada sin excepciones, nos acompañamos de una gestión emocional plenamente funcional y sin fisuras.
Lógicamente, la perfección no existe y el éxito en la pareja no está asegurado en ninguno de los modelos. En España, seis de cada diez matrimonios acaban en divorcio y la duración media de los matrimonios no supera los 17 años. La realidad parece indicarnos que los modelos de pareja están cambiando. La irrupción de otros modelos de pareja puede relacionarse con un intento real de las parejas de sobrevivir.
Si consideramos a la pareja abierta como un “nuevo modelo”, conviene entonces indagar en qué aspectos la pareja abierta construye algo diferente con respecto a las «parejas cerradas convencionales». ¿Crees que la única diferencia entre ambas recae en la exclusividad sexual?